25/2/14

INSOPORTABLES FRANELEROS; RETIRARLOS DE LA VÍA PÚBLICA SÓLO FUE UNA LLAMARADA DE PETATE DEL GRAL. HIDALGO EDDY.


            Todo resultó ser una pantomima más a las que están acostumbrados ejercer esos dizque servidores públicos, mismos que pretenden jugarle el dedo en la boca a la ciudadanía que paga excesivos impuestos y que no ve resultados positivos en nuestras flamantes autoridades de elite; sobre todo en lo que respecta al Poder Ejecutivo de Aguascalientes.

            Porque para más desgracia de la ciudadanía local, en las últimas administraciones estatal y municipal, ha tocado el turno de gobernar a personas que se les olvida sus orígenes, a tal grado que es prácticamente imposible lograr audiencia con los altos mandos; por ello, se ha perdido todo tipo de confianza que pudiera haber existido entre la sociedad y gobiernos de la ciudad.

            Uno de los casos en particular que ha traído decepción tras decepción entre la opinión pública, es que el todavía Secretario de Seguridad Pública Estatal, General Rolando Eugenio Hidalgo Eddy, y decimos todavía, porque este señor está en veremos si continúa al frente de la mencionada secretaría, ya que le salieron mejores propuestas de otro Estado y todo parece indicar que lo está meditando muy en serio cambiar de residencia; pues este militar en su momento se comprometió a retirar de la vía pública a toda clase de vividores, oportunistas y agresivos sujetos que se han apropiado de calles, cruceros y demás espacios, mejor conocidos como franeleros.

            Tales franeleros tienen acaparada toda la ciudad, sobre todo en aquellos puntos donde son plenamente identificados como redituables para ellos; incluso, aún cerca de oficinas municipales y estatales, como sinónimo de burla hacia las autoridades; el vivo ejemplo son la caterva de malenates que se han apropiado de la Calle J. Refugio Velasco del Barrio La Purísima, exactamente a un costado donde se encontraba la Procuraduría General de Justicia, dicha pandilla de drogadictos apartan espacios públicos con toda clase de obstáculos, exigiendo una cuota fija a los automovilistas que tienen la necesidad de estacionarse por esa calle, de lo contrario el conductor se verá expuesto a ser víctima de algún daño intencional ocasionado por esa gavilla de delincuentes.

            Otro caso muy, pero muy particular, y como muestra que realmente no ejercen esa ocupación de franelero por hambre o necesidad, sino sólo por holgazanes que pretenden hacerse vivir a costillas de los demás sin trabajar, y para obtener para el vicio; es un sujeto con apariencia de delincuente que se ha apropiado de la Avenida Heroico Colegio Militar esquina con Alameda, quien desde muy temprana hora arriba al mencionado crucero a bordo de su automóvil propio, estacionándolo sobre Heroico Colegio Militar y comenzar apartar lugares, ya que dicha avenida es ocupada por aquellos que tienen la necesidad de acudir a la Secretaria de Finanzas del Estado, Delegación del IMSS o Unidad de Medicina Familiar No. 8.

            Pues este sujeto agrede a las personas que no quieren pagarle por un espacio en la vía pública; incluso, ni siquiera les permite estacionarse como si él fuera el dueño de la calle; sin embargo, pasan unidades de la Policía Municipal y estatal y nadie se atreve a retirar a ese sujeto del lugar, pese a que dicha actividad que ejerce se le denomina vagancia, que bien pudiera ponerse a trabajar de lo que sea y no estar a la espera de dinero fácil.

            Otros pedigueños que se encuentran perfectamente ubicados, son un par de jóvenes que se colocan en el crucero que conforman el Boulevard a Zacatecas y Canal Aglaya, o en otras ocasiones sobre Avenida Convención Poniente esquina Calle Guadalupe, quienes pretenden caracterizar a dos luchadores enmascarados y hacen toda clase de acrobacias, pero lo interesante del asunto es que se debe investigar porqué no estudian esos jóvenes o en su caso deberían tener un trabajo formal, de lo que sea.

            No puede ser que la ciudadanía se encuentre expuesta a ser vejada, ofendida y hasta agredida físicamente por parte de esa clase de pedigueños que se han apropiado de la vía pública, con la triste realidad que no existe poder humano, mucho menos oficial que logre someterlos al orden retirándolos de las calles; no se diga a los famosos limpiaparabrisas, que en su mayoría se trata de personas entre los 30 y 40 años de edad; es decir, hombres que bien pudieran trabajar de lo que sea, hasta de cargadores si es que en realidad tienen necesidad, pero es de dominio público que esa gavilla de vividores lo único que le interesa es obtener dinero fácil a través de limpiar vidrios a la brava unas cuantas horas, de esta manera obtiene jugosas ganancias sin esforzarse; dinero suficiente para comprar el alcohol o en su defecto la droga a la que están acostumbrados consumir.

            Todo resultó ser una llamarada de petate de las autoridades dizque encargadas de cuidar la integridad e intereses de la sociedad aguascalentense; una sarta de mentiras, que al final de cuentas ya se va.

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