14/4/14

PROFECO VUELVE A CAER EN SU LETARGO SUEÑO, COMERCIO HACE DE LAS SUYAS CONTRA EL CONSUMIDOR.


            Como era de esperarse, la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) ha vuelto a caer en su letargo sueño, el cual la caracterizó por mucho tiempo desde que fue creada y que salvo sus excepciones, existieron dos a lo mucho tres delegados que le dieron vida a esa oficina federal, cumpliendo cabalmente con el objetivo esencial por el cual fue creada este dependencia, sometiendo al orden a tanto comercio abuso que hacía lo que mejor le parecía en perjuicio de los intereses del público consumidor.

            Quedaron atrás aquellas intervenciones acertadas que hizo en su momento, el entonces delegado Don Ángel Dorronsoro Gándara, hombre cabal y responsable, comprometido con la sociedad aguascalentense que le dio vida a esa delegación, combatiendo arduamente a tanto hambreador que se enriquecía con base a la defraudación del público consumidor, inspeccionando básculas en los mercados populares y desde luego aplicando sanciones duras y medidas estrictas para corregir a tanto abusivo comerciante que pretendía hacer lo que mejor le plazca, por encima de la ley de protección al consumidor.

            No vayamos muy lejos, todavía en recientes tiempo recordamos al buen Licenciado Armando López Campa, quien tenía todo el apoyo y respaldo desde la Profeco en la Ciudad de México, mismo que aprovechó al máximo para disciplinar a grandes cadenas comerciales monopólicas, de esas que se sentían intocables y poderosas; pues eso había quedado en el pasado, tanto compromiso que había existido entre autoridades federales y comerciantes.

            Recordamos con claridad que el Licenciado López Campa arremetió contra importantes cadenas, como: Restaurant Sanborns, tiendas Sorianas, Bodega Aurrerá, no se diga contra las tres empresas más abusivas que han existido, como lo son: Telmex, CAASA y Comisión Federal de Electricidad; a todos estos monopolios se les aplicó millonarias sanciones por concepto de ejercer actos abusivos en perjuicio del público consumidor, como el hecho de hacer cobros indebidos e injustificados, además de negarse aceptar sus errores ante una posible conciliación.

            En el caso particular del Restaurant Sanborns, mismo que se encuentra ubicado en Plaza Patria, fue sancionado estrictamente por el hecho que un cliente fue víctima por parte del personal de ese lugar con actos de discriminación; es decir, se negaron brindarle atención y servicio por la apariencia física del señor, situación que ocasionó que el afectado recurriera ante Profeco, siendo el propio Armando López Campa quien intervino para colocar los respectivos sellos de clausura hasta que pagaran la consecuente multa millonaria.

            Ahora, en la actualidad, no se ha visto ninguna clase de intervención de quien se encuentra al frente de la delegación de Profeco en la entidad, Patricia Valdez Bustamante, sino todo lo contrario, tal parece que esa oficina ha servido para utilizarla de catapulta para futuras carreras políticas, pero para lo que inicialmente fue creada ha quedado en completo olvido; debido a que en la actualidad ha pasado a ser parte de los numerosos elefantes blancos que abundan dentro del presupuesto oficial, manteniendo a una caterva de burócratas que desde luego no desquitan ni un solo centavo partido por la mitad.

            En lo que respecta a las grandes cadenas comerciales como lo son: Bodegas Aurrerá, Comerciales Mexicanas, Sorianas, Wal Mart, Superama, Chedraui, Oxxo, Extra y ahora las mentadas Bodega Aurrerá express, se han despachado con la cuchara mayor con respecto a marcar las mercancías al precio que mejor que les convenga, porque dicen los titulares de Profeco que nada pueden hacer en ese aspecto, ya que los precios de la canasta básica se encuentran liberados, por lo que se deben vender de acuerdo a la oferta y demanda.

            Entonces, dadas las circunstancias que prevalecen actualmente, donde cada quien puede vender al precio que les plazca, sería importante pues que las delegaciones incluyendo la oficina central, mismos que es titular la tristemente célebre Lorena Martínez Rodríguez, deben desaparecer en su totalidad, ya que a estas alturas es un gasto infructuoso estar pagando millonarios sueldos a burócratas que nada hacen, mayormente que se han declarado incompetentes para proceder contra abusos de comerciantes; es por ello, que no tiene razón de existir Profeco es una carga más al erario oficial, cuando bien podrían destinar esos fondos a algo más provechoso y que sí valga la pena.

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