Y catalogamos esta acción de las
autoridades educativas como necedad y terquedad, por el simple hecho que los
altos mandos del IEA, incluyendo al propio Director del plantel escolar antes
señalado, EZEQUIEL AMAYA VALTIERRA, tienen perfecto conocimiento de la manera
en cómo se dirige este pelanas cualquiera, como lo es Marco Antonio Ortíz
Delgado, sobre todo en el trato despótico y altanero que emplea hacia el
personal docente y administrativo del plantel, como si él fuera toda perfección
o como si en realidad todo lo supiera, cuando en realidad se trata de otro
profesor más que se vio beneficiado con el cargo de confianza, gracias a la
lambisconería que está acostumbrado ejercer sobre altos mandos, no crea usted
que por méritos propios.
Sin embargo, han transcurrido varios
años y la situación empeora cada día, porque para desgracia de los alumnos y de
la misma historia de esa Secundaria, ha ido en detrimento la calidad administrativa
e imagen de lo que en algún tiempo fue la mejor escuela secundaria del Estado;
ahora, tal parece que en lugar de plantel educativo estamos hablando de un
reformatorio para menores, mayormente que el mentado Sub Director ejerce métodos
poco comunes y no aptos para un "PROFESIONAL DE LA EDUCACIÓN", como él
tanto lo pregona, como el hecho de dirigirse con base en gritos extremos hacia
los alumnos, casi de lado a lado, cuando si en realidad tuviera mucha educación
y cultura, como lo presume, simplemente se requiere de proceder con prudencia,
acercarse hasta el lugar deseado y decirle lo que le tenga que decir de manera
personal al alumno o al profesor, no a gritos como cualquier Mecapalero del
Agropecuario.
Todavía una de las últimas hazañas
de este mal profesor, ha sido tener la desfachatez de dar instrucciones al
personal de la secundaria en mención, que ya de plano les permitan hacer lo que
se les venga en gana a tres alumnos conflictivos del turno matutino, sobre todo
uno de ellos que es nieto de un supervisor del sistema educativo; entonces,
ahora sí definitivamente vino a desbarrar en forma total con sus comentarios, y
en todo caso, si no puede con el cargo, es muy fácil, RENUNCIE y deje el lugar
a otra persona que en realidad sí brinde resultados favorables hacia la
institución que tanto ha deteriorado.
Aclaración, esperamos que no
confunda nuestros términos del párrafo anterior, en lo que se refiere a la
palabra "brinde" porque entonces sí nos tomaría la palabra, ya que es
de dominio público que Marco Antonio Ortíz Delgado es un asiduo consumidor de
bebidas alcohólicas, agregado al problema psiquiátrico que presenta, estamos
hablando de una persona neurótica e histérica que bajo ninguna circunstancia
debe tener contacto con estudiantes, mismos que ya han sufrido los estragos de
sus desequilibrios, desde el preciso momento en que los agrede; situación que
le ha traído como consecuencia que varios padres de familia lo hayan denunciado
ante las autoridades del IEA, sólo que este pelanas se ha de sentir intocable o
muy poderoso que continúa dirigiéndose de la misma manera y se niega acudir a
los citatorios que le envía el propio sindicato.
Por otra parte, cabe hacer mención y
énfasis sobre la cobardía con que se dirige el Sub Director, ya que cuando algún
padre de familia indignado por la actitud empleada por éste en perjuicio de los
estudiantes, acude al plantel para entrevistarse con Marco Antonio Ortíz,
simple y sencillamente se oculta, se niega a recibirlos, pese a que por derecho
constitucional al ser servidor público no debe negarle el derecho de audiencia,
a sea quién sea; bueno, pero que se puede esperar de un orate que tiene
arranques desequilibrados contra quién sea.
Pues se dice "MUY PROFESIONAL
DE LA EDUCACIÓN", pero al final de cuentas se rebaja al nivel de los
intendentes, al grado de pretender enseñarles a éstos cómo se debe tomar la
escoba y cómo se debe barrer; pues qué le pasa a este perfecto DON NADIE,
porque para mí es un Don Nadie, ya que socialmente ni mucho menos
profesionalmente es conocido, ha pasado desapercibido toda su carrera
magisterial; aunque presuma quién sabe cuántos títulos y estudios académicos,
no basta con obtenerlos, sino realmente aprender de ellos y aplicarlos también
a su vida, pero por lo visto todavía cuenta con frustraciones que desahoga con
alumnos y profesores.
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