Niega el gobernador Carlos Lozano de
la Torre que la aprehensión de su antecesor, constituya una revancha política;
dijo que éstas no se solucionan en un juzgado, “ya el procurador lo confirmó,
que no es más que un tema legal, un tema de la justicia”.
Ahora resulta que el priismo predica
con el ejemplo de la moral y decencia, cuando en realidad solo se trata de otra
tomada de pelo por parte del actual mandatario del estado contra la población local,
pretendiendo hacerle creer que está ejerciendo justicia, siendo que lo único que
está cometiendo es una estrategia de acoso, persecución y hostigamiento contra
panistas; dígase lo que se diga.
Hay que recordarle a Carlos Lozano
que cuando tomo protesta como mandatario del estado, sucediendo precisamente a
Luis Armando Reynoso Femat, fue enfático al señalar que de ninguna manera comenzaría
persecuciones contra su antecesor; sin embargo, todo fue una faramalla más
publica para después preparar muy bien toda clase de chicanas a través del
brazo ejecutor del propio Lozano, nada más y nada menos que su achichincle mayor
el Procurador General de Justicia, Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, quien ha
asumido el rol de ser juez y parte en todo lo que su patrón le indique.
En todo caso, si se tratara en
realidad de un caso de justicia, entonces que ha pasado con la aplicación de la
misma en los casos del bribón arribista Gabriel Arellano Espinosa y Lorena Martínez
Rodríguez, quienes siguen gozando de la impunidad, y todavía hasta los premian
con diputaciones y demás huesos federales…
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