Nada nuevo ha resultado ser la actitud asumida por el
Presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, quién gracias a Dios
ya va de salida, Omar Williams López Ovalle; con respecto a la manera de
integrar los expedientes o denuncias contra dizque servidores públicos que se
sienten intocables, precisamente por esta clase de hechos que lo único que
ocasionan es enaltecer el ego de los mismos, por cortesía del López Ovalle.
Toda una hazaña es la que consideran hicieron los
encargados de la CEDH al hacer lo que mejor les plazca con un expediente que
fue remitido directamente desde la Ciudad de México, por parte de la Comisión
Nacional en su área de Asuntos Especiales en hechos contra Periodistas; sin
embargo, aún así, se tomaron la delicadeza de darse tiempo, nada menos y nada más
que 3 largos años, para que al final de cuentas determinaran su clásico no
existen elementos que acrediten la violación a los derechos humanos de los
quejosos, por lo que se decreta el archivo del expediente y por ende, inocentes
a los culpables; un grupo de mordelones que se escudan bajo el uniforme de la
Dirección de Tránsito Municipal.
Al visitador encargado de dar el informe final,
simplemente le decimos que desde un principio ya sabíamos que iban a salir con
su batida de babas, mismas a las que están acostumbrados ejercer; esa denuncia
la interpusimos por sugerencia directa de los titulares de la CNDH en la Ciudad
de México, precisamente porque aquí en Aguascalientes no existe la justicia y
desde luego que no confiamos en los responsables de impartirla, como en este
caso corresponde a Omar Williams López Ovalle.
Tal y como lo supusimos, al final de cuentas así sucedió,
una sarta de estupideces como argumento para decretar que no existían elementos
o pruebas que acreditaran la violación a los derechos humanos por parte del
Comandante Miguel Ángel Mascorro López, sub oficiales J. Isabel Martínez
Aguilar y Adrián Gómez Rodríguez; ¿Y sabe usted señor lector cuál fue la base
principal para tomar tal determinación?, pues muy sencillo, darle la voz
exclusivamente a los culpables; es decir, sólo tomaron en consideración la
opinión y versión de los hechos de los elementos de tránsito antes mencionados,
mismos que hicieron lo propio para manifestar una sarta de estúpideces que bien
les valió con el Presidente de la CEDH, Omar Williams López Ovalle.
Tales argumentos de los ahora “inocentes” iban desde señalar
que si los vehículos propiedad de la familia se encontraban en mal estado y que
representaban un riesgo para los usuarios de transporte público; situación que
es totalmente falsa, porque si comenzamos a cuestionar a estos pseudo
servidores públicos, es de sobra conocido que por su propio analfabetismo
carecen de toda clase de criterio para considerar tales hechos, además que señalan
con claridad que conocen los vehículos propiedad de la familia Cisneros, lo que
se traduce en hechos cometidos en nuestro agravio de manera dolosa.
Por otra parte, lo que consideramos todavía como grave,
es que durante los tres años que duró la integración del expediente, nunca se
nos notificó de ninguna clase de audiencia, citatorios tan siquiera para la
ratificación de la denuncia, mucho menos para el desahogo de pruebas, sino todo
lo contrario, en todo el expediente sólo se exhiben documentales sobre declaraciones
de las versiones de los ahora “inocentes”, además de testimonios que por obvias
razones les favorecen a los propios mordelones; porque solamente al Presidente
de la CEDH se le ocurre tomarle declaraciones como testigos a otro empleado
municipal, dizque Sub Comandante Ulises Guerrero Juárez, dependiente de la
Dirección de Asuntos Internos, claro que tenía que asentar que no existía dolo
en la infracción levantada por los mordelones antes mencionados; ¿acaso la CEDH
cree que los mismos empleados municipales y compañeros de trabajo van a
declarar lo contrario contra sus cómplices?, realmente se vio muy infantil Omar
Williams López Ovalle.
En todo caso, se hubiera designado a un perito particular
o de la propia PGJE para que hiciera la valoración de los vehículos
involucrados, eso sí hubiera sido coherente, lógico y ético; y todavía viene lo
mejor, tomar en cuenta comentarios del Comandante Miguel Ángel Macorro López
como decir “QUE EXISTÍA UN PACTO DE CABALLEROS ENTRE LA FAMILIA CISNEROS Y
ELEMENTOS DE TRÁNSITO”, que diga ¿Cuál pacto?, además de manifestar que cuando
nosotros acudimos a la Dirección de Tránsito a solicitar un servicio, deseamos
que se nos conceda; pues claro, acaso ¿no están para eso?, para servirle al público
en general y que para ello les pagamos su sueldo con nuestros impuestos; es
obligación de ellos atendernos y considerar nuestras peticiones que por ley nos
asisten; una vez más deja en claro su analfabetismo.
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